domingo, 30 de enero de 2011

Tlatelolco y las redes sociales

Introducción a la solidaridad (des)personalizada del siglo XXI

Por Miguel Angel Márez Tapia*
Imagen del Grupo Amigos de Tlatelolco
Fuente: Facebook
28 de febrero de 2012
Las palabras “redes sociales” han sido referidas continuamente en foros académicos y retomados en los discursos cotidianos por diversos medios de comunicación en la introducción de herramientas como Facebook o Twitter, por ello al introducirnos en este fenómeno es necesario ir al origen del término red social acuñado por el antropólogo John Barnes de la Escuela de Manchester en 1954, definiéndolo como cada persona que se relaciona con un cierto número de individuos, algunos de los cuales están en contacto directo entre sí y otros no. “Creo conveniente llamar red a un campo social de este tipo. La imagen que tengo en la cabeza está formada por un conjunto de puntos, algunos de los cuales están conectados por líneas. Los puntos de la imagen son personas y, en ocasiones, grupos, y las líneas indican qué personas interactúan mutuamente”, mencionaba el investigador. Posteriormente, Elizabeth Bott en 1957 y Clyde Mitchell en 1967 ambos colegas de la misma escuela, retomarían el concepto impulsándolo fuertemente de forma cualitativa en estudios antropológicos, esa teoría sería retomada en México por los años setentas.


El significado de red social en la actualidad es muy diverso, debido a la aportación de  miradas matemáticas y computacionales, los que están basadas en el Internet, por ello, las redes sociales son entendidas desde aspectos generales o prácticos, y además, se utiliza como concepto analítico de estudios de ciencias sociales, sin pretender explicar cada una de ellas, iniciemos una breve reflexión sobre el tema que nos interesa, observar a Tlatelolco en el fenómeno de las redes sociales.
Redes sociales
Fuente: Internet


En el estudio que realicé en Tlatelolco en 2010, utilicé la teoría de la red social de manera superficial, ahí se identificó que la solidaridad de los tlatelolcas es más densa dentro del espacio donde tienen mayor actividad cotidiana, es decir, se reducía a una entrada del módulo, al edificio que habita, o en ciertos momentos, algunos comercios que se frecuentan en la unidad habitacional, esto permitía observar en la pequeña muestra usada, que pocos habitantes conocían, tenían algún tipo de actividad que estuviera en una sección distinta a la que residían, por ende, cada sección representaba una especie de "barrio" con distintas características o necesidades, es otras palabras, existían distintos tipos de Tlatelolco, de acuerdo a la edad, género y antigüedad de residencia. La heterogeneidad de los habitantes en Tlatelolco implica entonces un fuerte obstáculo en la construcción de un arraigo y cierto apego al lugar donde vive, explicando en cierta medida el gradual deterioro que hay en el conjunto y la ausencia de acciones colectivas para revertir ese problema.

A la falta de una memoria vivida fuerte de Tlatelolco, nuestra unidad ha sido preferentemente asociada a los acontecimientos del 1968 y 1985 respectivamente, diluyéndose en el olvido, los relatos cotidianos de las vivencias, leyendas y anécdotas de los tlatelolcas, asimismo ciertas historias (políticas, culturales, artísticas, deportivas y sociales) que se han suscitado durante 46 años de existencia.

Bajo este panorama poco alentador y con una tendencia a la individualización, las redes sociales en el Internet, están redimensionando las relaciones sociales comunes del siglo XX, aún bajo el escepticismo persistente de un sector de la población a causa de su (des)personalización. La reflexión sobre esta nueva manera de comunicarnos con los demás seres humanos, nos permite plantear la idea: 1. Las redes sociales son sólo un reflejo; 2. Se convierten en espejo, o 3. Llegan a ser la realidad misma, pero como esto es sólo una introducción, lo profundizaremos en otro momento.

La red social Facebook ha tenido un auge sorprendente en la primera década del siglo XXI, ha permitido desarrollar ciertos tipos de vínculos, entre ellos, las páginas o grupos que están dirigidos a Tlatelolco, esto ha propiciado un rico y fructífero intercambio de ideas, imágenes, vivencias y anécdotas que distintos tlatelolcas comparten en esos espacios, como es el caso del grupo Amigos de Tlatelolco creado por Raúl Hermosillo Carmona, administrado también por Alberto García Arroyo y Leon Rhon (para el momento en que fueron escritas estas palabras contaba) con casi 850 miembros, asimismo la página TLATELOLCO personajes y lugares con más de 650 seguidores, donde se han propuesto recopilar las anécdotas e historias de los lugares emblemáticos y personajes que han vivido en Tlatelolco, estos dos ejemplos nos permiten recordar que la unidad habitacional no son sólo edificios y áreas comunes, sino Tlatelolco existe gracias a su gente que lo habita, sufre, goza y evoca cotidianamente.

El uso de las redes sociales no únicamente son, como es el caso de Twitter, mandar la información de manera expedita e instantánea, sino preferentemente como Facebook que posibilita la interacción y conocimiento por los intereses de cada usuario, implica nuevas herramientas de comunicación en el Internet que nutren el diálogo de Tlatelolco desde los mismos tlatelolcas y permite visualizar que las relaciones sociales, así como sentimentales y hasta emocionales se están modificando de manera vertiginosa hacia nuevos tipos de solidaridad.
*Antropólogo 

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