viernes, 17 de junio de 2011

Tlatelolco, un “Barrio Mágico”.


Vista de la Torre del CCU Tlatelolco
Foto: Arqlga. Lucía Sánchez de Bustamante

Miguel Ángel Márez Tapia (Antropólogo)


La iniciativa de construir itinerarios y trayectos turísticos culturales a través de modelos de gestión del patrimonio cultural material e inmaterial no es algo reciente, nuestro país ha sido un fuerte impulsor de políticas públicas y proyectos que paulatinamente han ido fortaleciendo ciertas regiones de México en ese sector, la Secretaria de Turismo del Distrito Federal ha realizado recientemente la declaratoria de “barrio mágico” para los lugares más representativos que tiene la ciudad de México.

Tlatelolco es lugar que reúne todos los requisitos para considerársele y ser declarado como “barrio mágico”, aunado a la declaratoria definitiva de Garibaldi y la Villa de Guadalupe para ser dos de los tres primeros espacios nombrados de esa manera, lo convierte estratégicamente en un punto intermedio y consolida el corredor turístico de esa región para un amplio público local e internacional, además no se puede olvidar que al momento de la inauguración de “Ciudad Tlatelolco”, conocida así en ese entonces, también fue un espacio destinado al turismo.

Tlatelolco en la Tercera Sección cuenta con la zona arqueológica más grande en el Distrito Federal y es considerada como Patrimonio Cultural de la Nación, ahí se desarrolló un señorío mexicano que aún hoy en día por descubrimientos arqueológicos recientes están replanteando la importancia del sitio, antes del dominio que tuvieron por su ciudad gemela Tenochtitlán, asimismo fue el último reducto de defensa de los mexicas a la conquista española; hoy en día la Plaza de las Tres Culturas es un espacio emblemático que trasciende nuestras fronteras, los tres momentos históricos que están condesados dentro de ella, han sido y es el escenario de la vida pública y política de México.

Sin embargo, la rica historia de Tlatelolco no acaba ahí, aún existen los restos materiales que representan otros momentos de la historia de nuestro país: la Aduana del Pulque, edificación recortada por la ampliación de Paseo de la Reforma que representa los vestigios del barrio de Santiago Tlatelolco y su gran plaza (ahora el Jardín de Santiago); el Museo Ferrocarrilero Víctor Flores Morales sobre Ricardo Flores Magón y la avenida Insurgentes, entraña en sus rincones la memoria y huella de la Antigua Aduana de México, Tlatelolco fue la puerta de entrada de visitantes y mercancías a nuestra ciudad gracias al desarrollo del ferrocarril, ahí se encuentran las historias del extinto barrio de San Miguel Nonoalco, que estaba situado en lo que hoy es la Primera Sección del Conjunto Urbano; otro aspecto importante es debido que Tlatelolco fue el lugar en donde se firmó el primer tratado en contra de la proliferación de armas nucleares en América Latina que se encuentra materialmente conmemorado en el Jardín Médicos por la Paz en la Segunda Sección.

Por último, no se puede dejar de mirar la importancia en la cartelera cultural y artística que se expresa cotidianamente en su interior, debido a que cuenta con importantes centros de atracción por medio del Museo del Tecpan que pertenece al INAH y el Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM a través de su oferta de muestras permanentes y temporales, presentaciones de eventos académicos y su Unidad de Vinculación Artística, junto con la importante cantidad recintos teatrales que tiene el Conjunto Urbano.

Luego de la enunciación de distintas características del amplio patrimonio material que hace viable considerar la propuesta de declaratoria para Tlatelolco como “barrio mágico”, está sustentado por el hecho que se encuentra adentro de la Zona Patrimonial en el actual Programa de Desarrollo Urbano en la Delegación Cuauhtémoc. Tlatelolco en sus inicios como conjunto habitacional fue considerado el símbolo de la modernidad en México, entre sus distintos edificios se plasmaron ideas que visualizaban otro tipo de vida para una nación pujante que desea consolidarse en la década de los años sesentas, a la distancia este espacio de modernidad se encuentra aún vivo y recoge la belleza de símbolos expresados en diversas pinturas y monumentos que están en su interior, se entremezclan diversos momentos históricos visualizándolo como un escenario importante de la historia de nuestro país, esto permite considerarlo como un elemento central del argumento para dar a conoce la historia, la cultura, el arte y su importante potencial como atractivo turístico para la ciudad de México.

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