domingo, 27 de noviembre de 2011

Decisiones de gobierno sin consulta vecinal

*Cambio de nombre a dos teatros en Tlatelolco
Por Aurelio Cuevas (sociólogo)



Cambio de nombre sin consulta

El pasado mes de marzo se realizó una ceremonia para reinaugurar el teatro del deportivo “5 de mayo” -ubicado en la segunda sección de Tlatelolco- como “Centro de las Artes Escénicas María Rojo”, evento al que acudieron -entre otras figuras- la actriz de reconocida trayectoria y el delegado de Cuauhtémoc, Agustín Torres. En un evento similar más cercano -hacia mediados de octubre- se dio la reapertura del teatro perteneciente al deportivo “Antonio Caso” como “Centro de las Artes Escénicas Ernesto Gómez Cruz”, con la presencia del reconocido actor y las autoridades delegacionales.

Posiblemente muchos se pregunten: “¿es qué las autoridades no son responsables de nombrar, renombrar, prestar, vender o hacer lo que deseen con los espacios o equipamientos culturales o deportivos de la Unidad? Siempre ha sido así” Al parecer no hay argumento que rebata el hecho de que es “normal” o “natural” que los funcionarios en turno decidan sobre el manejo del patrimonio común de la Unidad.


Se ha dicho que las actividades de ambos centros artísticos serán respaldados por la Ley de Fomento Cultural del D.F., promoviendo la apertura de decenas de talleres de música, la danza, la actuación, entre otros rubros, vinculados con los intereses y la participación ciudadanas, pero en particular del sector juvenil de donde se espera el surgimiento de las futuras generaciones de actores.

Al parecer todo parece estar muy bien pero interesa aquí destacar que el procedimiento seguido por las autoridades delegacionales fue a espaldas de la comunidad de vecinos de la Unidad, quienes a pesar de radicar en la zona donde se abrieron los dos Centros de Artes Escénicas en los deportivos “5 de mayo” y “Antonio Caso”, no fueron consultados de ningún modo acerca de tales iniciativas, cuya concreción en buena medida solo beneficia a cofradías distantes de los intereses de la comunidad tlatelolca.

No se alude aquí a los méritos de los dos actores citados, que a través de su vida se han ligado a las causas justas, democráticas y populares en nuestro país, sino a un procedimiento impositivo de las instituciones públicas que pasa por encima de los afectos y formas de sentir de la comunidad vecinal. ¿Por qué motivo no se efectuó una consulta pública acerca de la reconversión de los teatros de ambos centros recreativos con propuestas surgidas de los avecindados en la Unidad?

Es posible que en el abanico de los usos propuestos en tal consulta pública la apertura de los “Centros de Artes Escénicas” hubiera parecido lo más ventajoso, pero entonces la decisión mayoritaria de la comunidad – o de aquellos que participaran de manera efectiva- le hubiera dado un carácter democrático a dicha iniciativa. ¿No hubiera sido esto de igual o mayor importancia que la consulta pública sobre “presupuesto participativo” efectuada en la Unidad a fines de marzo de este año?

A diferencia de lo que ocurre en grandes centros urbanos del mundo como Barcelona (España), Sao Paulo (Brasil), Bogotá (Colombia), por citar algunos, en la capital mexicana la ciudadanía sigue sometida al comportamiento verticalista de sus gobernantes, quienes consideran el uso y destino de los bienes y espacios públicos como algo sujeto a su decisión exclusiva. ¿Podrá cambiar algo esta situación tras las elecciones que se efectuarán en nuestro país hacia mediados del año venidero?

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