Medidores de Gas Natural, un desfalco a nuestros bolsillos

¿Ha revisado su medidor, sabe lo que puede costar sí “alguien” lo manipula o roba?

Por Miguel Ángel Márez Tapia

Nuevo medidor

Diversas quejas de vecinos en Tlatelolco, como el caso de Edmundo Saravia del Edificio 10 ISSSTE, han denunciado a Vivir en Tlatelolco que se han robado los medidores, así como la tubería de cobre en departamentos desocupados, éste fenómeno se ha reproducido en otras unidades habitacionales en la ciudad de México. También tlatelolcas de las tres secciones han referido su incertidumbre ante la oleada de “órdenes de trabajo” por parte de la Unidad de Control de Medición (UCM) entregadas o dejadas en la puerta, luego de procesos de inspección (auditoría) por parte de personal de Gas Natural México S.A. de C.V., en donde se hacen observaciones sobre algún tipo de irregularidad en la lectura del consumo o violación al medidor.

El único perdedor en este asunto es el cliente, es culpable de facto por el simple hecho de firmar el contrato con Gas Natural, esto lo hace responsable de toda irregularidad o hurto de su medidor. En Tlatelolco, los medidores se encuentran en las azoteas de los edificios al alcance de cualquier persona, no existe ningún control para evitar que “alguien” pueda hurtarlos o manipularlos en una alguna forma. Esto se convierte en un gran problema dado que Gas Natural en su hoja de trabajo, por una parte advierte en el caso del medidor manipulado, que sí en 48 horas no se hace un convenio con la empresa por los “daños ocasionados”, se hará uso de acciones legales en contra del cliente junto con la amenaza de cortar el servicio.

Medidor auditado

Cuando se acude al Centro de Atención, no hay aclaraciones por parte de la empresa, se exige al cliente hacer el “convenio” (pagar un nuevo medidor $1,600 pesos + la deuda acumulada por el gas no cobrado por la empresa), el cliente es culpable porque “contrató a alguien que sabe” y manipuló el medidor. ¿Cómo calculan la deuda? Haciendo una ecuación al promedio en el consumo del cliente, donde dicen detectar una irregularidad y se observa una disminución “anormal”.

Existen dos posibilidades para el cliente, el primero es hacer el convenio con Gas Natural, y éste le permitirá pagar el adeudo en mensualidades. Las historias de los usuarios son tan dramáticas como contrastantes, debido a la deuda de miles de pesos acumulada más el consumo normal que deberá pagar. El segundo camino es no convenir con la empresa y emprender el cauce legal correspondiente, así como defenderse de la acusación de Gas Natural a través de PROFECO, con el riesgo de no contar con gas en su domicilio en todo ese proceso.

Por otro lado, en el caso que sea robado el medidor, la empresa se desentiende del asunto, asimismo como indicó el vecino del Edificio 10 ISSSTE, no hay personal dispuesto para recibir este tipo de quejas en contra de empleados de Gas Natural, sólo indican que levanten una acta ante el Ministerio Público para denunciar el delito, mientras tanto, en lo que dura el proceso judicial, el cliente no tiene gas. Sin embargo, sí quiere restablecer su servicio puede pagar un nuevo medidor ($1,600 pesos), y así sí, Gas Natural inmediatamente lo restablece.

Medidor manipulado

Un dato que diversos clientes mencionan, por lo que se deja a la reflexión, los medidores de Gas Natural tienen un ciclo de vida, muchos de ellos ya acabaron y la empresa está obligada a emprender el cambio de aquellos que su vida útil haya terminado, lo que implica una gran inversión. Sin embargo, con las irregularidades antes denunciadas no sólo la empresa cobra el agravio por el “daño” en el consumo que el cliente le produjo al manipularlo, también se ahorra el gasto por el nuevo medidor, ya que el usuario deberá pagarlo, aún cuando se lo hayan robado.

¿Quién altera y roba los medidores? ¿Quién se beneficia con esto? Lo único real es el desfalco al bolsillo de los usuarios que utilizan gas natural y han atravesado este proceso, muchos de ellos, sin haber realizado ninguna irregularidad pero con tal de evitarse un juicio legal y no perder el servicio, acceden al convenio con la implicación moral de aceptar la culpa de algo que no hizo.