jueves, 19 de abril de 2012

El suicida

Miguel Bautista (Escritor)*


“Toda edad nos formula preguntas sobre la condición humana”



Para G. la suerte había cambiado, no el mundo, no la vida (siempre igual de temibles, atractivos y seductores como una tarde con el cielo en tramonto). G se consideraba en buena medida el dueño de su destino: Tenía una vida cómoda, compañía, familia, trabajo, bienes y valores morales. Últimamente había considerado que los bienes materiales son necesarios para conducirse por el camino recto, es decir, sin caer en el patetismo de una existencia precaria y dolorosa.

Sus cuitas eran más bien de orden moral, metafísico: “Sí un Dios oculto nos había puesto aquí sobre la Tierra, con todas sus riquezas naturales y el hombre la había adornado y estructurado mejor aun con unas obras estupendas, y si todo desembocaba en la nada, la muerte o la enfermedad. ¿Qué sentido tenía todo eso?”

No se formulaba el postulado de Nietzsche de que unos homínidos evolucionados habitaron la Tierra en unas decenas y miles de años lo cual equivalía a un intermedio, un bostezo del Universo, y después nada. No: “la vida era interesante, las letras y la sabiduría de muchos hombres valían la pena de una entrega a la consideración profunda, filosófica, del significado de la humana existencia.”

“Cada persona –meditaba- era un ser único, que valía la pena de ser gratificado por el Sol y las Nubes que surcan el Cielo, y ser oído por otras personas a lo largo de su existencia, construyendo así su propio carácter, ventura y destino. Después la muerte, es cierto, pero al final había un consuelo: Tantos amores, cuerpos compartidos, sonrisas, saludos y gratas compensaciones de la vida del ser humano, que lo es porque obtiene placer y dolor, alegría y pena, de un esfuerzo en el ascenso a la realización plena.”

La cacha de un revólver era algo sólido, cierto, pero no la usaría: “¡Sí, valía la pena vivir!”



* El pasado 11 de abril falleció nuestro colaborador y amigo de la Revista "Vivir en Tlatelolco", también fue colaborador de "Unidad Urbana" (publicación dirigida por Max Mendizabal) lo cual lamentamos mucho, damos el más sentido pésame a sus familiares y amigos.
(1935-2012)

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