sábado, 14 de junio de 2014

“Al ojo de amo engorda el caballo”

Memorias de la construcción y reconstrucción de Tlatelolco

Por Santiago Jordá Salazar*

Momentos después del temblor del 18 de abril frente al edificio Guillermo Prieto.
Foto: Antonio Fonseca
En esta ocasión y después de mandarles un afectuoso saludo quiero tratar el tema de moda en la Unidad debido a los tres eventos sísmicos que tuvimos en un periodo muy breve del 18 de abril (7.2 grados) 8 de mayo (6.1 grados) y el 10 de mayo (5.6 grados) y esto es “nuestra preocupación por el edificio que habito”.
Estos eventos no los podemos determinar ni en sus recurrencia ni en su magnitud, tampoco en su duración, simplemente se presentan y los daños que ocasionan dependen de las pocas o muchas previsiones que hayamos tomado al construir las estructuras en las que habitamos, en el caso de nuestra Unidad estas fueron las máximas con los conocimientos con los que se contaba al momento de su construcción después de los sismos de 1985.

Como verán no podemos hacer nada para evitar estos eventos pero si podemos hacer mucho para aminorar sus efectos y esto es dándole seguimiento al comportamiento de la estructura, dándole un buen mantenimiento para aminorar los daños posterior a futuro ¿y cómo hacer esto me preguntaran? Pues haciendo un buen estudio de lo que requiere el edificio pues sin un buen mantenimiento la estructura se irá degradando hasta su destrucción.

En este punto es donde nosotros si podemos intervenir para conservar en buen estado y por más tiempo nuestro edificio que al final de cuentas es nuestro patrimonio y el que le vamos a dejar a nuestros hijos.
Si ya tenemos o hacemos el estudio de los requerimientos de nuestro edificio, tenemos que cuantificarlo y dividirlo entre los condóminos para solventarlos y estos es la cuota de mantenimiento  que debemos parar mensualmente y supervisar constantemente al administrador que la ocupe en los rubros a que ha sido destinada.

Despues del temblor del 18 de abril enfrente de la Clínica 27 del IMSS en Tlatelolco.
Foto: Antonio Fonseca
Si todos cumplimos con la parte que nos toca, viviremos mejor y entre todos hacer entender que nos que no cubren sus cuotas, no solo afectan en su seguridad, sino las de todos.
Después de los antes expresado espero que nos quede claro que nosotros somos los únicos propietarios de nuestro inmuebles  y responsables de los mismos no la delegación o el gobierno del Distrito Federal ni el gobierno federal a ellos les competen otras funciones que tampoco cumplen satisfactoriamente. Habrá que seguirles exigiendo ya sea individualmente o en grupos organizados como la CRT o Unidos por Tlatelolco.
Espero que los sismos no solo muevan edificios sino también nuestras conciencias para atender los desperfectos que se generen y así nuestros edificios nos duren más. Hagamos que nuestra Unidad recobre su esplendor, ya que es la mejor de México pero está muy descuidada.

Esa es la razón por la que la revista está invitando a todos ustedes a formar parte de del foro de administradores de edificios para analizar en forma conjunta la forma de conservar nuestros edificios. Estén pendientes para cuando se anuncien los trabajos del foro a través del Comité 50 años y para despedirme a mi manera después de agradecerles su atención a estas líneas recuerden que: “Al ojo del amo engorda el caballo” y  “A la supervisión de los administradores mejora el edificio”
*Arquitecto

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