lunes, 21 de agosto de 2017

LA ECONOMIA… EN PILDORAS! EPN… ¿CONVIVIENDO CON EL ENEMIGO? La REVISIÓN DEL TLC

Por Félix Cabajal Juárez

El día 16 del presente mes se inició la que seguramente será la última batalla del presidente Enrique Peña Nieto y su equipo… ¿Equipo? Creo que debiera mencionar, simplemente, su gabinete. Porque a lo largo de su administración sus diferentes “colaboradores”, han dado muestras de no ser precisamente leales a él.

Veamos el último ejemplo: El señor procurador quien es su subordinado, NO tuvo la gentileza de avisarle que el cantante JULION, habiendo sido investigado por el gobierno de Estados Unidos.

Investigación en la que la PGR, había participado, aparecía involucrado en la red de Raúl Flores, presunto delincuente a quien las autoridades mexicanas ya habían detenido en el mes de julio, próximo pasado, y se encontraba en una prisión mexicana; por lo que la cercanía del cantante con el presidente, deterioraría la figura presidencial, aunque Julión resultase inocente, después de ampliar la investigación correspondiente.  No teniendo ninguna información al respecto, EPN aparece fotografiado en un acto público junto a Julión. 

Julión con Enrique Peña Nieto

Algo inadecuado en cualquier momento; pero pésimo a un mes de inicio del proceso electoral para la renovación de la presidencia y peor aún para la imagen del País. ¿A qué partido político pertenece o para cual trabaja el señor Procurador General de la República?
Menciono la Revisión del TLC, como la última gran batalla del Gobierno de EPN, por la repercusión que esta revisión tendrá en la Economía Nacional.
Considerando que negociaremos con un país altamente poderoso, económicamente hablando y, que tiene un presidente marcadamente obsesivo en eliminar el déficit comercial que su país tiene con México, recuperar los empleos perdidos en Estados Unidos por instalaciones que empresas transnacionales gringas han hecho en nuestro país sin considerar el beneficio que la disminución de costos en los productos fabricados ha revertido a los consumidores estadounidenses.
Más aún, el TLC, facilitó las exportaciones del sector agropecuario a México, lo que impulsó el crecimiento y la captación de divisas en EE.UU. Tenemos como mexicanos un superávit comercial con USA como producto del volumen de importaciones y exportaciones con aquel país; pero entendamos también que gran parte de nuestras exportaciones son de productos fabricados por trasnacionales gringas. Que se debe revisar el TLC, debido al tiempo transcurrido en que se firmó, resulta más que necesario, obligado.

Debemos analizar el comercio vía internet que en esa época no existía. El lavado de dinero NO tenía la facilidad que la electrónica ofrece actualmente. La parte laboral, debe revisarse, puesto que NO se incluyó en su origen; pero no en la forma como sugiere Mr. Trump, exclusivamente en el importe de los salarios que se devengan en USA y México, donde existe una gran disparidad en valores nominales pero que se modifica y es totalmente distinta en el poder adquisitivo de los mismos.
Una homologación de salarios incrementaría la inflación en ambos países y los más perjudicados serían los estadounidenses al perder poder adquisitivo en las exportaciones mexicanas y sería un sueño, simplemente un sueño el creer que trasladando los empleos a USA, el precio de los productos bajaría.

En materia laboral se debe revisar el tránsito del personal en busca de empleos; lo que pudiera dividirse en dos grupos: A nivel profesional, donde nuestros graduados universitarios, son tanto o más competitivos que los estadounidenses y, la mano de obra no calificada, que pudiera manejarse a través de cupos que disminuirían el flujo de mexicanos indocumentados, eliminándole a USA el gasto en la vigilancia de su frontera con México y haciendo innecesaria la construcción del tan publicitado Muro.

En fin, será una ardua y larga negociación que empatará con el proceso electoral mexicano y de tener resultados favorables a nuestro País, será el mejor obsequio junto con el fruto de las reformas, a la siguiente administración federal, independientemente de quien la encabece.
Pero en el caso de ser desfavorable, como algunos analistas apuntan, será el instrumento que sepultará definitivamente las esperanzas del PRI de retener la silla presidencial, ya que, originará un colapso en la incipiente reactivación del producto interno bruto que estamos teniendo.
Y, por otro lado, al debilitarse el Gobierno Federal, perderá fuerza en su lucha contra el crimen organizado y la corrupción apenas contenida, se disparará en su máxima expresión.

El panorama se antoja difícil. Esperemos que la inclusión de los capitanes de la Industria Privada en el Panel de Negociación, aporten la suficiente fuerza para obtener una revisión favorable del actual TLC y más aún, amplíen los beneficios que los tratados comerciales conllevan para los países que los firman.
Hasta la próxima…

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