domingo, 6 de agosto de 2017

LA ECONOMIA… EN PILDORAS! ¿La CDMX… El Paraíso Perdido De Miguel Ángel Mancera?

Por Félix Carbajal Juárez
Durante todo el tiempo que Miguel Angel Mancera ha estado al frente del Gobierno del antes Distrito Federal y ahora, Ciudad de México, ha pregonado a los cuatro vientos que esta ciudad ha estado exenta del Crimen Organizado.
Desafortunadamente para él, los últimos acontecimientos delictivos en la ciudad y que tuvieron sus culminación con el enfrentamiento en la delegación Tláhuac de elementos de la marina con la banda delincuencial liderada por el muy popular delincuente Felipe de Jesús Pérez, apodado el “Ojos”, ha puesto al descubierto la enorme y añeja maraña delictiva, tejida entre funcionarios delegacionales, entre los que no escapa el propio delegado Rigoberto, familiares de éste y un sinnúmero de delincuentes disfrazados de moto taxistas, amparados por los propios policías, supuestamente encargados del orden sin que nuestro brillante Jefe de gobierno se enterase de la existencia de dicha trama delictiva.
 Sin embargo, tan pronto se hizo público la existencia de tal organización delictiva, el jefe de gobierno Dr. Miguel Angel Mancera, desarrolló todo un operativo policíaco en Tláhuac,  he hizo la  correspondiente declaración en el sentido de iniciar la recuperación a la legalidad de dicha demarcación. Tal pareciera; que estuviéramos en el caso típico burocrático de corrupción autorizada.

Rigoberto-Salgado-Vázquez-con-Andrés-Manuel-López-Obrador.
Donde el Jefe o superior jerárquico en turno cede la dirección y control a un funcionario subordinado o de menor jerarquía para que establezca y dirija toda la operación ilegal a sabiendas que de ser descubierta, el “jefe en defensa de su propia imagen y de la imagen de la Institución, sancionará severamente a quien hasta ese entonces era su protegido, argumentando el desconocimiento de lo que acontecía.”
A unos meses de la apertura del proceso para las elecciones de los distintos candidatos presidenciales en los diferentes partidos políticos, mal empieza la imagen de Miguel Angel Mancera.
Mal y de malas, les está yendo también, a los agoreros de la quiebra de Petróleos Mexicanos y la esperada caída en crisis profunda de la economía nacional, como producto de las reformas efectuadas por el gobierno de Enrique Peña Nieto y, que tuvieron la máxima expresión de sus protestas en las manifestaciones político-vandálicas más grandes de los últimos años, supuestamente espontaneas, por el incremento en los precios de los combustibles, popularmente llamado “gasolinazo”.
Tanto la economía nacional como la de Petróleos Mexicanos, no solo no se colapsaron sino que han mejorado, lento pero paulatina y sostenidamente, al grado de obtener reconocimiento internacional que ha modificado su calificación crediticia, en beneficio tanto de las finanzas públicas como de las privadas, originando satisfacción y disminuyendo las críticas al gobierno federal de las organizaciones de la iniciativa privada. Un respiro para EPN y su gobierno.
Al mismo tiempo, han aflorado los posibles nexos y corruptelas de miembros de los partidos políticos y gobiernos de oposición al partido en el gobierno federal (PRI), que han dañado ostensiblemente la credibilidad en la honestidad y rectitud que estos pregonan.
Han quedado al descubierto, tanto diputadas panistas siendo cómplices de gobernadores priistas enjuiciados, como de recaudadoras y delegados morenistas ligados al crimen organizado o de lavado de dinero y, el gobierno perredista en la capital del país, pasando por alto la delincuencia sin mover un dedo para detenerla y, además; negando su existencia. Sin querer; están reposicionando al alicaído PRI, en la contienda presidencial que se avecina.
Bien, muy bien, por la mejoría en la economía nacional. Mal muy mal, por el desarrollo y conducta de los personajes públicos inmiscuidos en los distintos partidos políticos que aspiran a dirigir los destinos del país, obligándonos a la vieja decisión, de elegir al menos malo y quedarnos con el amargo sabor de boca por dicha decisión… Lástima.
  Hasta la próxima…

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