lunes, 16 de octubre de 2017

Mimetismo político poblano ¿Dónde está el PRI?

Alejandro Mario Fonseca

El horno no está para bollos es una frase que alude a que una situación o una persona determinada no admite más tensión de la que ya tiene acumulada. Cuando un horno se ha calentado demasiado no es recomendable colocar en su interior los bollos para hacer un tipo especial de pan, pues la masa se quemará por fuera y el interior quedará crudo.
Que mejor expresión para referirnos a los vericuetos del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Aclaro, un vericueto es un camino estrecho, tortuoso, accidentado y generalmente alto por el que es difícil andar.
Y es que el contexto político nacional está que arde y el PRI se empeña en caminar por el filo de la navaja. Bueno, algunos me dirán la navaja no tiene filo y además su dueño es el PRI. Y sí, es cierto, la plutocracia del PRI  todavía controla el escenario, pero ya no tanto, porque ahora todo se sabe.

Por ejemplo, y para muestra sólo hace falta un botón, el viernes pasado la sección instructora de la Cámara de Diputados, por unanimidad acordó que los juicios de desafuero de Abdalá y Silva, exfuncionarios de Javier Duarte, serán sometidos a su posible votación ante el pleno, ya que fueron dictaminados en sentido negativo por la instancia jurisdiccional y hubo empate durante su votación.

¿De qué se les acusa? Pues del desvío de más de 23 mil millones de pesos. ¿Le parece poca la cantidad de dinero “desviado”? para decirlo suavecito.
Tan sólo es el caso de Duarte el de Veracruz. Y si le sumamos los otros diez, doce, o tal vez 15 ex gobernadores priistas, incluido el otro  Duarte, el panista César, de Chihuahua, el escándalo es mayúsculo. Por eso es que los priistas más astutos han recurrido al mimetismo.

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Mimetismo político
Está de moda hablar de los “chapulines” esa hábil especie de políticos que saltan de una función a otra, de un poder a otro, de un partido a otro. Pero poco se dice del mimetismo, esa propiedad que tienen algunos animales y plantas para mimetizarse: gracias al mimetismo, algunos insectos pueden camuflarse entre las hojas de los árboles.
Un político se mimetiza cuando cambia de “color” de acuerdo con las circunstancias para proteger sus intereses políticos o personales. Mimetismo es sinónimo de oportunismo. Si el entorno político predominante es rojo, él es rojo; si es azul, él adopta este color para que los azules le crean uno de los suyos.
También están los que “huelen”, adivinan el futuro y se mimetizan antes de tiempo, algunos se queman pero otros le atinan. Otros son todavía más hábiles y ante el aquelarre, esa fiesta nocturna (en lo oscurito) de brujas y brujos en la que participa la clase política (salvo honrosas excepciones) se declaran “independientes”.
Y mientras unos se unen en alianzas extravagantes para conservar el poder, otros se disputan los puestos y candidaturas como perros y gatos. Pero eso sí, todos reciben enormes sueldos y canonjías, además (no todos) del dinero mal habido: campean el abuso, la corrupción y la impunidad.
Ya veremos en que termina toda esta confusión, esta batahola de mil demonios en la que los más escandalosos son los jefes priistas y panistas. ¿Y  los dueños de los partidos chiquitos? ya no saben ni a quién arrimarse.

¿Qué pasa con el PRI en Cholula?
Y en este país en el que todo se vale, el estado de Puebla parece ser excepcional, una especie de tipo ideal de mimetismo “perfecto” en el que los políticos cambiaron súbitamente de rojo a azul. Un estado gobernado por el PRI durante 80 años, en un abrir y cerrar de ojos pasó a ser gobernado por el PAN y casi todos se disciplinaron.
El exgobernador Rafael Moreno Valle emanado de las filas del PRI, orquesto una amplia alianza de todos los partidos contra su partido de origen. Su habilidad política fue asombrosa. Logró incluso que muchos priistas lo apoyaran tras bambalinas. Su victoria hace siete años fue contundente.
Tuve que hacer todo este rodeo para intentar una explicación lógica de la situación en la que se encuentra el PRI en San Pedro Cholula. Resulta que en el Foro Político organizado por la Casa del Puente, los líderes del PRI hicieron el ridículo.
Fue la tarde del 4 de octubre pasado en la que se presentó el licenciado Joaquín Mexicano Tochimani, entiendo que es el presidente del PRI municipal, apoyado por el licenciado Alfredo Torres Huerta. Su tema fue la historia y los documentos básicos de su partido.
El joven licenciado Torres, desconozco su cargo en el partido, fue el que “salvó” la tarde. Como pudo presentó una breve, brevísima historia del PRI. Nos tuvimos que zampar una historia oficial de la revolución mexicana, muy simplificada, en la que todos fueron buenos, excepto Porfirio Díaz.
No se hizo ninguna distinción entre las distintas facciones, mucho menos entre las diversas ideologías y principios que sostuvieron la gran variedad de caudillos participantes. En consecuencia, ante una historia tan simplona fue imposible desarrollar el otro tema, el de los documentos básicos.
En su breve resumen no hicieron la más mínima autocrítica a su partido. Como si todo hubiera sido un cuento de hadas “el Partido Revolucionario Institucional siempre fue, es y sigue siendo el partido de la justicia social”. Una especie de agencia nacional filantrópica a la que los mexicanos le debemos todo.
Ya en las preguntas me arriesgué a preguntar por qué habían sido tan parcos en la historia de su partido, por qué llegaron hasta Lázaro Cárdenas y de allí tras una breve mención de la etapa del “desarrollo estabilizador”, se saltaron hasta Colosio y sin más explicación pusieron un video del famoso discurso que llevaría a este último a la muerte. ¿Querían conmovernos?
Desde luego que no obtuve respuesta y es que hubieran tenido que hablar de los abusos y  el despilfarro que se iniciaron con los gobiernos del “boom petrolero” y ya después con el neoliberalismo de Salinas. Entonces desde el público hubo varias intervenciones indignadas y hasta groseras: se lo merecían, por ignorantes y/o por hipócritas.

Conclusión
A manera de conclusión arriesgo una hipótesis. Los verdaderos dueños del PRI de Cholula están agazapados, escondidos. Lo que presenciamos en la Casa del Puente fue una mala comedia en la que probablemente sin saberlo participaron “líderes de sacrificio” que están allí mientras Puebla siga dominada por el morenovallismo.
Se ve muy difícil que Moreno Valle llegue a la presidencia, así que lo más seguro es que a cambio le respeten su feudo poblano. Mientras tanto seguirán los líderes y candidatos de sacrifico (verdaderos peleles)  para el PRI en Cholula y en casi toda Puebla. A ver qué pasa.

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